La vida soñada
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l sendero en la selva se hacía cada vez más difícil, la neblina, que se
elevaba del valle por donde corría el caudaloso y embravecido río, cubría toda
la vegetación, un baño de humedad empapaba a la exuberante vegetación. Tenía
que caminar con mucho cuidado, pues pisar en falso, en alguna húmeda y movediza
piedra, significaría caer por la abrupta e irregular pendiente, que unos cientos
de metros más abajo se sumergía, en el bravo y voraz río de color marrón, que
corría con furia y vomitando espuma; bajaba de las partes más altas de la
cordillera, allá, más arriba de las nubes.
Estaba cansado, malhumorado y hambriento, ya llevaba muchas horas
caminando por estas montañas
Así comienza otro de los cuentos de En Sudamérica, mi primer libro de cuentos, publicado y en venta en Amazon
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