lunes, 21 de julio de 2014

                    La vida soñada
                          


E
l sendero en la selva se hacía cada vez más difícil, la neblina, que se elevaba del valle por donde corría el caudaloso y embravecido río, cubría toda la vegetación, un baño de humedad empapaba a la exuberante vegetación. Tenía que caminar con mucho cuidado, pues pisar en falso, en alguna húmeda y movediza piedra, significaría caer por la abrupta e irregular pendiente, que unos cientos de metros más abajo se sumergía, en el bravo y voraz río de color marrón, que corría con furia y vomitando espuma; bajaba de las partes más altas de la cordillera, allá, más arriba de las nubes.
Estaba cansado, malhumorado y hambriento, ya llevaba muchas horas caminando por estas montañas 




Así comienza otro de los cuentos de En Sudamérica, mi primer libro de cuentos, publicado y en venta en Amazon

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